Traducir metáforas
Uno de los elementos lingüístico-cognitivos que mejor ilustran las diversas conceptualizaciones de la realidad propias de cada cultura y codificadas en el lenguaje son las metáforas. Surgen, afirmaba Aristóteles, de la intuición de una analogía entre cosas disímiles. Muchas veces el punto de similitud se mantiene implícito y casi indescifrable para otra cultura (Gutt, 2000). Esto se debe, quizás, a que las metáforas no siempre se cimientan en una relación de similitud/analogía sino que el puente conceptual se origina en nuestros esquemas cognitivos y en nuestro mapping de la experiencia cultural. Pionero en el análisis de la traducción de la metáfora, Dagut arguye que las metáforas están gobernadas por una interacción implícita entre la experiencia cultural y las asociaciones semánticas. No hace muchos años que hemos percibido que las metáforas no son patrimonio exclusivo de la literatura sino que también el lenguaje cotidiano y las ciencias las utilizan. Dan prueba de ello, por ejemplo, ‘dar una mano’, ‘subirse al caballo’ y el ‘Big Bang’ y los ‘agujeros negros’ respectivamente. Nos dicen Lakoff y Johnson, quienes analizaron exhaustivamente las metáforas lexicalizadas, que nuestros sistemas conceptuales son de naturaleza fundamentalmente metafórica, que podemos pensar una cultura como un reservorio de metáforas para entender la realidad y que cada uno de los conceptos en una metáfora puede variar enormemente de una cultura a otra. Las metáforas revisten distintos grados de institucionalización o, según el criterio adoptado por Rabadán (1991), de ‘desviación’ del sistema. De acuerdo con este criterio, la autora clasifica las metáforas, de forma análoga a Van Den Broeck, en lexicalizadas, tradicionales y novedosas- en orden creciente de desviación y dificultad de aprehensión. Cada lengua tiene un reservorio de metáforas ‘triviales’, lexicalizadas, fosilizadas, que ya no se perciben como tal. En esta categoría incluye Rabadán las metáforas del ámbito científico-técnico. Quizás todo el léxico sea un vasto tesoro metafórico al que nos conduce la etimología (de etymon, que en griego significa ‘lo cierto’). Dice Ivonne Bordelois (2004:43) que “la etimología demuestra cómo las palabras supuestamente literales son en realidad antiguas figuras poéticas” que han seguido un proceso “significativo y metafórico”. Distinto en cada cultura, agregaría. El francés percibió una similitud entre las pupilas y las ‘ciruelitas’ (prunelles), los idiomas anglosajones las asociaron con la manzana (oogappels, en holandés; augapfel, en alemán; the apple of one’s eyes, en inglés) y el español, en un juego de espejos digno de Velásquez, con ‘pequeñas muñecas’ . Las metáforas tradicionales —stock metaphors en la nomenclatura de Newmark— han sido institucionalizadas en el seno de cada tradición literaria y, por tanto, remiten a una cultura particular. Como señala Rabadán, este tipo de metáforas suelen tener un 'equivalente establecido', una traducción que también se ha institucionalizado en la lengua meta (LM). Un ejemplo, aunque provenga del ámbito filosófico, nos ofrece la traducción al español del 'Cogito ergo sum' cartesiano cuyo equivalente establecido utiliza un conector que los hispanoparlantes percibimos principalmente como temporal y no como causal. Pero son las metáforas ‘privadas’ o poéticas (Van Den Broeck, 1981), denominadas ‘novedosas’ por Rabadán, las que se ubican en el polo de mayor divergencia respecto de la supuesta 'normalidad’ y, por ende, las que suelen presentar mayores dificultades al traductor. Es tarea de éste, en tanto agente de una ‘interpretación plural’ (Steiner, 1992), desentrañar, encontrar el oculto pivote – el tertium comparationis- para luego poder buscar la equivalencia cognitiva entre la metáfora en la lengua origen (LO) y la LM. La traducibilidad de las metáforas, el grado de dificultad que impongan al traductor, está determinada por la mayor o menor afinidad cultural entre la LO y la LM. Más marcada culturalmente está una metáfora, mayores los obstáculos en la búsqueda de la equivalencia. Parafraseando a Dagut, la traducibilidad está determinada por el grado en que la experiencia cultural y las asociaciones semánticas de las que se nutre la metáfora son compartidas por los hablantes de la LM. Opinión análoga a la expresada por Snell-Hornby al aseverar que la traducibilidad de un texto “varía de acuerdo con su grado de imbricación en la cultura que le es propia y con la distancia que separa el acervo cultural del texto fuente de la audiencia meta en función de tiempo y espacio”. Descontada la intraducibilidad de la metáfora sostenida por algunos autores, el traductor se enfrenta a la disyuntiva entre la transcripción sensu strictu (una forma de extranjerización, de equivalencia formal) y la sustitución por una metáfora equivalente en la lengua/cultura de llegada (una forma de domesticación, de equivalencia dinámica), quedando también la posibilidad de la paráfrasis simple y llana.
BIBLIOGRAFÍA CITADA
Bordelois, Ivonne (2004). La palabra amenazada. Buenos Aires. Libros del Zorzal.
Dagut, M (1976). “Can metaphor be translated?”, en Babel, nº 12 (1), pp. 21-33.
Dagut, M (1981). “Semantic “Voids” as a problem in the translation process”, en I. Even-Zohar & G. Toury (eds.), pp. 61-72
Gutt, E. (2000). Translation and Relevance. Manchester. St. Jerome.
Lakoff, G. y Johnson, M. (1980). Metaphors we live by. Chicago. University of Chicago Press.
Larson, M. (1998).”Figurative propositions/Metaphors and similes”, en Meaning-Based Translation: A Guide to Cross-Language Equivalence. Lanham, New York, Londres. Unversity Press of America.
Newmark, A. (1980). “The translation of metaphor”, Babel, nº 26 (2), pp.93-110
Rabadán, R. (1991). Equivalencia y traducción. Problemática de la equivalencia translémica inglés-español. León. Universidad de León.
Snell-Hornby, M (1995). Translation Studies: An Integrated Approach. Amsterdam. John Benjamins Publishing Company.
Van Den Broeck, R. (1978). "The Limits of Translatability Exemplified by Metaphor Translation", en I. Even-Zohar y G. Toury (eds.), Theory of Translation and Intercultural Relations (Poetics Today 2: 4), pp. 73-87.